Ventajas de controlar la calidad del aire
Somos lo que respiramos y, como consecuencia de ello, controlar los componentes que están dispersos en el aire debe ser una tarea a realizar con total precisión. Por si mismas, las partículas que se encuentran en suspensión en el aire no son perjudiciales para nuestra salud; sin embargo, debido al gran aumento de la contaminación que se está produciendo en los últimos años respiramos componentes nocivos tales como el dióxido de carbono, el metano o el óxido nitroso.
Estas últimas en particular son las causantes del efecto invernadero; mientras no llegue el momento en que se utilicen energías renovables al 100%, la cantidad de estas partículas que se encuentra dispersa en el aire no disminuirá. De hecho, en la mayoría de los casos, el aire interior de los edificios llega incluso a estar más contaminado que el exterior.
De este modo, respirar de forma continuada estos componentes nocivos puede resultar muy pernicioso para nuestra salud. Es por eso que controlar la calidad del aire interior de nuestros lugares de residencia, trabajos o en el ámbito hospitalario conlleva numerosas ventajas.
Menos enfermedades respiratorias
Como ya se ha mencionado antes, debido a la contaminación existen diversas partículas suspendidas en el aire que pueden llegar a ser muy nocivas para nuestra salud. Controlando la calidad de los espacios interiores te aseguras de filtrar e impedir que todas estas sustancias lleguen a tu sistema respiratorio. De esta manera es posible disminuir los casos de alergias y las enfermedades respiratorias que se pueden dar como resultado de las mismas.
Mayor
calidad de vida
La correlación es clara: cuanto más disminuya la contaminación ambiental mayor será la calidad de vida. Las sustancias nocivas provocan un aumento de los casos registrados de cáncer de pulmón, enfermedades cardiovasculares o relacionadas con el sistema respiratorio. Por ello, los sistemas de filtración que ayudan a controlar la calidad del aire interior mejoran nuestra calidad de vida, aislando al sistema respiratorio de virus, bacterias o alérgenos.
Incremento de la productividad
Junto con la mejora de la calidad de vida, el control del aire interior también ayuda a aumentar la productividad de los trabajadores. Disminuyendo las probabilidades de contraer algún tipo de neumopatía, las bajas por enfermedad serán menores; de la misma forma, al no padecer de forma asidua brotes alérgicos, la energía de los empleados no disminuye y con ello su capacidad de trabajo y la productividad.
Ahorro energético
Llevar a cabo una instalación que te permita controlar la calidad del aire de forma constante te ayudará a ahorrar energía; las inspecciones periódicas ayudarán a que todos los aparatos que trabajan para evitar que las sustancias, partículas y hongos lleguen a nuestro sistema respiratorio funcionen correctamente.