Pensamiento negativo: Date prisa
Existe un pensamiento recurrente en una sociedad marcada por la competitividad y la exigencia desmedida que en ocasiones, está por encima de las propias posibilidades personales. El mensaje interno “date prisa” es propio de personas perfeccionistas que quieren hacerlo todo rápido, pronto y bien porque miden su valor no en base a su propia identidad sino por su productividad.
Es decir, lo adecuado es entender que cada persona tiene su ritmo y también, que en muchos momentos, no hacer nada es realmente importante, dar espacio al ocio es indispensable para poder disfrutar del momento de ocio, por ejemplo, no hay mayor placer que no tener ninguna agenda programada en el fin de semana.
Cada vez que venga a tu mente el mensaje “date prisa”, intenta contrarrestar esta idea con un mensaje de otro tipo.
Deja de mirar el reloj, no estés todo el día pendiente de los minutos que marcan las agujas porque una situación así conduce de una forma inevitable al estrés. Por supuesto, existen ámbitos de la vida en los que puede ser más necesario que en otros, ser eficaz y hacer las cosas de una forma competente en un breve margen de tiempo, por ejemplo, en el trabajo. Pero incluso de la jornada laboral, existen gestiones que puedes realizar de una forma más calmada porque lo urgente y lo importante son dos cosas bien distintas.
Date prisa es una voz interior destructiva que te hace daño a largo plazo. No te permite disfrutar, te convierte en un esclavo de las circunstancias, no dejas que la vida fluya de una forma natural. Escucha tu corazón porque la vida de verdad es gratificante a nivel emocional. Escucha el ritmo que marca tu corazón y no estés tan pendiente de las agujas del reloj porque con la prisa, muere la creatividad y surge el pensamiento negativo.