Pamplona, la ciudad con mejor calidad de vida
Pamplona, la ciudad con mejor calidad de vida. En plena crisis económica, la calidad de vida ha empeorado en muchas ciudades de España, sin embargo, existen ciudades que aprueban con nota: por ejemplo, Pamplona es el lugar con mejor calidad de vida gracias a la apuesta en medicina y educación de la capital navarra. De hecho, Pamplona tiene tres universidades: la Universidad de Navarra, la Universidad Pública y la UNED
Pero también, existen otras razones por las que Pamplona se convierte en un lugar excelente para vivir. En primer lugar, tiene grandes zonas verdes, por ello, es muy agradable ir paseando por la ciudad en medio de la tranquilidad de parques inmensos como la Ciudadela o la Taconera. Pero además, también es una ciudad que ofrece muchos servicios a pesar de que es pequeña y tranquila.
Se puede prescindir del uso del transporte ya que es posible ir caminando a la mayoría de los sitios gracias a las cortas distancias. Por otra parte, también es una ciudad muy bien situada, por ello, es posible disfrutar del mar y de la playa a poco más de una hora gracias a San Sebastián.
En breve, Pamplona se convertirá en protagonista universal de las fiestas por excelencia: San Fermín. Nueve días de música, toros, gigantes y alegría. De hecho, la capital navarra se convierte en la anfitriona perfecta para dar la bienvenida a turistas de todo el mundo. Precisamente, durante esos días, mucha gente de Pamplona se va fuera de vacaciones precisamente, porque la tranquilidad propia de la ciudad dse romper de una forma evidente.
Tener calidad de vida depende en parte de vivir en un entorno apropiado y tranquilo en donde el ciudadano tiene los servicios de calidad necesarios. En medio de los recortes de la crisis económica, muchos ciudadanos están insatisfechos. Otra ciudad que también aprueba con nota en calidad de vida es Vitoria.
Por otra parte, algunos ciudadanos prefieren vivir en pueblos mientras que otros prefieren vivir en una gran ciudad. Cuestión de preferencias.
Imagen: De viaje por Navarra