Hacer frente al calor estival resulta agotador no sólo a nivel físico sino también, en el plano mental. El ritmo de la rutina se detiene cuando las temperaturas son tan altas que el cuerpo, parece no poder seguir con el ritmo cotidiano. El calor afecta negativamente a nivel anímico cuando una persona tiene que trabajar porque cuerpo y mente son uno. El calor es propicio para disfrutar del plan de pasar el día entero en la piscina, sin embargo, otro tipo de planes producen agotamiento.

Conviene sobrellevar el exceso de calor con buen humor y relativizando la situación. Por suerte, el calor no dura eternamente. Puedes aprovechar estos días de calor para ducharte en más de una ocasión a lo largo del día con agua tibia. Del mismo modo, utiliza la ropa más cómoda que tengas para estar por casa y usa calzado muy cómodo para caminar por la calle. Las sandalias son la mejor opción.

Con el exceso de calor, lo habitual es que las personas pasen más tiempo en casa, y en ocasiones, existen personas que viven con frustración esperar a que llegue el final de la tarde para poder quedar con los amigos o hacer un plan al aire libre. Las noches de verano se convierten en interminables, precisamente, para compensar ese tedio que surge durante el día. Y es importante disfrutar de las noches con paseos para recuperar fuerzas y energías.

El exceso de calor se hace todavía más duro de sobrellevar en profesiones que requieren de un gran esfuerzo físico. Por ejemplo, es duro trabajar de cocinero porque en ese caso, los fogones suman todavía más calor y más desgaste. Por ello, conviene beber mucha agua durante el verano para evitar el riesgo de deshidratación.

En muchas ocasiones, el tiempo se convierte en un tema recurrente en las conversaciones. Sin embargo, es mejor no hablar en exceso de las altas temperaturas porque en ese caso, al centrarse la mente en esa cuestión, el malestar aumenta.