La esclavitud ha sido una de las formas de desigualdad más evidentes de la historia ya que través de la esclavitud se trataba como un objeto a una persona que carecía de libertad. Es decir, se trataba a esa persona por en base a la utilidad perdiendo de vista su dignidad y derechos. Por suerte, la historia es una evolución constante y una conquista de libertades que nos permite avanzar como sociedad hacia un horizonte mejor. La esclavitud forma parte del pasado en cierto sentido pero no en otros. Es decir, existen nuevas formas de esclavitud en nuestro tiempo que se convierten en una asignatura pendiente.

En el Día Internacional para la Abolición de la Esclavitud que corresponde al 2 de diciembre, recordamos que que la Asamblea General aprobó el Convenio para la represión de la trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena (resolución 317(IV) , de 2 de diciembre de 1949).

Existen diferentes formas de esclavitud en pleno siglo XXI. Por ejemplo, el matrimonio forzoso mediante el cual se obliga a una mujer a contraer matrimonio con una persona en concreto. Del mismo modo, existen niños que no acuden cada día al colegio para estudiar y aprender nuevos conocimientos porque su día a día, implica hacer frente a una jornada laboral injusta y sin ningún tipo de seguridad.

La trata de blancas es una forma de esclavitud que vulnera los derechos de las personas. Del mismo modo, la explotación sexual es una forma de esclavitud.

La libertad es una cualidad humana muy necesaria para vivir mejor y para tener una buena calidad de vida. Los niños son el colectivo más vulnerable. Sin duda, la esclavitud es un problema real y es importante no mirar hacia otro lado. Por ello, este 2 de diciembre se convierte en una fecha que hay que marcar en el calendario para denunciar este tipo de problema.

Fuente – Mundiario

Foto – Monografías.com