Defender los derechos humanos

Free Daddy and His Little Shadow Girls at The Skate Park Creative Commons

Ayer día 10 de diciembre celebramos el Día Internacional de los Derechos Humanos, sin embargo, en realidad, esta fecha no entiende de momento en el calendario puesto que dadas las desgualdads sociales que existen, las diferencias de clases sociales y el sufrimiento que arrastran tantas personas, es indispensable entender que en realidad, cada día debemos trabajar y luchar a nivel social para entender que la dignidad de un ser humano no entiende de raza ni de religión porque todos los seres humanos son exactamente iguales.

Existen colectivos más vulnerables como por ejemplo, la infancia. Existen niños que no tienen una infancia feliz y viven una tragedia amarga, como por ejemplo, la explotación laboral.

España es un país desarrollado que sin embargo, también está sufriendo un gran drama social como consecuencia de la crisis económica que en algunos casos, muestra una realidad amarga para los trabajadores que terminan alienados en medio de un proceso de producción. Existen empresas en las que los trabajadores son simplemente, un número más, y no una persona. Es decir, en ese caso, lo que de verdad importa es el rendimiento y la productividad.

Por otra parte, existen ofertas de empleo totalmente indignas que hacen que una persona pierda la esperanza de encontrar un trabajo acorde a su perfil profesional. De hecho, existen ofertas de empleo en donde el sueldo que recibe el elegido es nulo porque se aspira a que el trabajador haga esta gestión, gratis.

Esta situación se vive especialmente, en el ámbito de las humanidades, por ejemplo, los periodistas están luchando mucho para defender sus derechos como profesionales y no tener que verse sometidos a trabajar voluntariamente cuando todos los trabajos tienen que ser pagados de una forma justa.

Los derechos humanos deberían estar más que repetados en pleno siglo XXI. Sin embargo, a pesar del camino que hemos recorrido todavía nos queda mucho camino por avanzar, por lo que merece la pena tener paciencia y disfrutar del momento presente con la actitud crítica de tener un buen corazón.