Emociones en el día de Todos los Santos
Es muy normal sentir dolor ante la muerte y la pérdida de un ser querido, por ello, dicho dolor se revive en cierto modo con la llegada de la celebración de Todos los Santos que ya está muy próxima. Y es que, la sensibilidad se potencia al máximo al tener que ir al cementerio y ver la tumba, con el nombre y apellidos, de esa persona a la que se quiso y que en el pasado tenía un nombre propio.
El misterio de la muerte se hace patente en su máxima expresión a través de esta celebración cultural y religiosa que nos ayuda a volver a echar la vista al pasado, a recordar cómo nos hemos sentido, las cosas buenas que hemos compartido junto a ese familiar ausente… En definitiva, todo el cariño que hemos experimentado. Por ello, dentro del dolor propio del día de Todos los Santos es importante poder sentir un poco de agradecimiento hacia la propia vida que nos ha dado la ocasión de compartir un tiempo con nuestros seres queridos. Con personas que merecen la pena y que dejan huella, tanto que no mueren mientras son recordadas y siguen vivas en el corazón ajeno.
Este año, una vez más, muchas personas dedicarán con mimo y cuidado un tiempo a elegir las mejores flores para decorar la tumba de un ser querido. Del mismo modo, otras personas irán a misa en busca de un espacio para el silencio, la reflexión y la oración.
Pero especialmente, el día de Todos los Santos es un día para la emoción. ¿Por qué? Porque produce tristeza por el dolor de la pérdida, nostalgia por los recuerdos del pasado y melancolía ante un ayer que ya no vuelve. Por ello, toma lo mejor de tus recuerdos para disfrutar el hoy al cien por cien y abrir las puertas del mañana con optimismo.
Aquellos que ya no están contigo lo único que desean es que seas feliz y que sonrías cada amanecer porque la vida es un verdadero regalo que sólo se disfruta una vez y nadie sabe durante cuánto tiempo. ¿Opinas lo mismo?
Imagen: Madrid al Cielo