Cayetana de Alba: un ejemplo de vitalidad en la tercera edad
La boda de la Duquesa de Alba puede servir de reflexión desde diferentes puntos de vista y desde distintos matices, sin embargo, se trata de un enlace que ha reflejado ante todo, la ilusión de una mujer que a los 85 años de edad ha cumplido el que para ella era su gran sueño. Y está claro que no puede disimular la felicidad ni la gran alegría que ha sentido. Así lo mostró al bailar en la calle y compartir con la gente de Sevilla todo su cariño. Pero también, en esa amplia sonrisa que lucía como una novia que parece que tuviera veinte años no en cuerpo pero sí en espíritu.
Y es que está claro que Cayetana de Alba tiene una gran tenacidad a la hora de apostar por sus sueños. Así lo ha mostrado al conseguir casarse con Alfonso Díez incluso en contra de la oposición familiar que poco a poco, terminó por aceptar este amor que ha sido cuestionado en algunos sectores. La verdad es que la diferencia de edad entre ambos es más que evidente, pero también lo es que nadie puede entrar en el corazón ajeno, es decir, en realidad no se puede cuestionar desde fuera los sentimientos internos de un ser humano.
La gran ausente en la boda de Cayetana de Alba ha sido su hija Eugenia que la verdad es que ha tenido una suerte malísima al caer enferma de varicela. De hecho, está ingresada y aislada por peligro de contagio. A veces, el destino tiene estas casualidades pero otros que no quisieron faltar a la cita fueron Francisco Rivera y su hermano Cayetano que fue acompañado por su novia, la modelo Eva González. Por otra parte, también destaca la presencia de una guapa Genoveva Casanova. Y por supuesto, la presencia de una guapísima Carmen Tello que fue la madrina del enlace.
Más allá de cualquier aspecto, Cayetana de Alba es un ejemplo de vitalidad en la tercera edad excelente para otras personas mayores que tal vez, no afrontan su momento con tanto entusiasmo, ilusión y alegría. Merece la pena vivir el presente para ser feliz.
Imagen: Diario Femenino