El chocolate es un auténtico placer para los sentidos y además, una tentación puesto que lo puedes disfrutar en diferentes sabores y también, de diferente forma: existen pastas de chocolate, helados, bombones, pasteles, chocolate caliente a la taza… Un universo infinito de posibilidad abierto delante de ti que además, debes de hacer el gran esfuerzo de consumir con moderación ya que también puede producir sobrepeso con su abuso.

Pero el chocolate de una forma muy curiosa también está vinculado con momentos emocionales, por ejemplo, con situaciones de desamor. ¿Quién no recuerda a Bridget Jones matando la soledad de su soltería a través de la comida? Es como si en cierto modo, la sensación de saciar el estómago también produjese una sensación de compañía.

Pues bien, aquí tienes algunas observaciones sobre el chocolate que han sido publicadas en la sección de Vida Sana de la revista Supertele y que pueden interesarte:
1) Pese a lo que se ha dicho en más de una ocasión, el chocolate no produce adicción puesto que además, una adicción implica un tratamiento. Por tanto, conviene diferenciarla del mero deseo de lograr un objetivo, en este caso, disfrutar de un sabor tan agradable y dulce.

2) El chocolate también aporta magnesio que es muy positivo para las mujeres en el periodo premenstrual en tanto que ayuda a controlar el estado de ánimo.

3) El chocolate también produce un efecto muy positivo y es que llega más cantidad de oxígeno al cerebro. Lo que aporta la rapidez mental y viveza intelectual.

El chocolate es un placer y como tal es un regalo ya que como explica Tomás de Aquino todo placer es un alivio y un remedio para hacer frente a la tristeza que surge en algún momento de la vida. Un placer que está vinculado con los sentidos pero que a la vez aporta bienestar emocional.

Por otra parte, el valor del chocolate también se muestra en que a veces, una caja de bombones puede ser el obsequio perfecto para regalar a alguien y sorprender con un gesto de cariño. Por supuesto, también existen personas que son más o menos golosas dependiendo del momento, o del propio modo de ser.

Imagen:  Innatia