Autoestima: la clave del bienestar
La autoestima es una palabra muy utilizada, tanto que muchas personas ni siquiera saben qué significa en realidad. La autoestima es el amor adecuado hacia uno mismo. Un amor que nace del pensamiento. Es decir… ¿Qué imagen tienes de ti? ¿Te consideras una persona digna de respeto y merecedora de la felicidad? Entonces, si consigues llevar este sentimiento a la práctica en tu día a día, entonces, tienes un grado de autoestima elevado y bueno.
Sin embargo, también puedes sentir que te criticas constantemente, te juzgas en exceso, tanto que vives con un pesimismo absoluto y sensación de inferioridad. La autoestima saludable es esencial no sólo en el ámbito personal sino también en el plano profesional. De hecho, la seguridad en ti mismo te ayuda más de lo que piensas para afrontar retos tan habituales como una entrevista de trabajo o trabajar en base a objetivos, preparar un examen de un universidad, realizar una exposición oral…
Aquí tienes las claves para mejorar tu nivel de autoestima:
1) En primer lugar, debes rodearte de personas que te hacen sentir bien, gente con la que tienes conversaciones profundas, puedes hablar de ti mismo y compartir tus inquietudes. En la medida en que tienes un tejido social más amplio y extenso mejor ya que en ese caso, te sientes integrado en el seno de una comunidad.
2) En caso de que necesites ayuda, pídela, es decir, si estás atravesando un periodo de dificultad, no lo dudes, y consulta la consulta de un profesional para hacer terapia. Así podrás descubrir dónde está la raíz de tu malestar.
3) La autoestima no es un elemento fijo de tu mundo emocional. Es decir, su grado varía dependiendo del momento de la vida y de las circunstancias. Lo importante de este hecho es que al no ser innata puede ser mejorada, es decir, puedes aspirar a vivir mejor.
Sólo se vive una vez, por tanto, debes aprender a dar valor a lo esencial. Disfrutando del aquí y del ahora y dejando de lado preocupaciones que no te aportan nada y cuya solución ni siquiera depende de ti. Aprende a diferenciar aquello que está en tus manos de aquello que no lo está.
Imagen: Días de abril