Convivir con un hijo adolescente
La adolescencia es una etapa de la vida muy positiva porque forma parte del desarrollo de la personalidad adulta. Sin embargo, las diferencias entre adolescentes y adultos es notable, existe distancia generacional que produce diferencias de criterio, fuentes de conflicto. Los padres, en ocasiones, olvidan cómo fue su propia adolescencia.
Y más allá del paso del tiempo y que la sociedad cambia y evoluciona, es verdad que la adolescencia es una etapa en la que los jóvenes buscan estar con sus amigos más que con sus padres.
Para convivir con tu hijo adolescente evita reducir todas las conversaciones a los temas académicos porque suele resultar muy recurrente y agotador para un joven escuchar hablar del mismo tema a los padres. El exceso de discusiones, producidas en cualquier contexto, llega un momento en el que pierden también, su sentido pedagógico.
Es muy importante el refuerzo positivo. Es decir, conviene compensar las quejas con mensajes positivos y palabras bonitas. Cuando refuerzas a un adolescente en sus puntos positivos también le ayudas a ser él mismo.
Por otra parte, es muy positivo marcar normas en la convivencia y también, horas de regreso a casa. El exceso de libertad no es bueno para educar a un adolescente porque las normas generan sentido positivo.
Por otra parte, también es importante comprender la adolescencia para no convertir este periodo de la vida en un problema en sí mismo. Existen padres que añoran la etapa infantil de sus hijos y sufren por ello. Sin embargo, es fundamental vivir cada etapa en la vida de los hijos con todo lo bueno que tiene cada fase.
Conviene reforzar la comunicación con los profesores del colegio para conocer la evolución del alumno y saber cómo se comporta en clase. Los padres y los profesores forman parte de un equipo común que trabaja por los mismos objetivos.
Evita comparar al adolescente a nivel académico con alguno de sus hermanos o con sus amigos.