Según Cáritas, la pobreza tiende a hacerse crónica. Hace unos años, hablar de pobreza suponía pensar de una forma casi directa en los países que están en vías de desarrollo. Sin embargo, hoy día, la situación es bien distinta: la pobreza está en nuestras calles, se respira en muchos hogares, tanto que Cáritas asegura que ha desaparecido gran parte de la clase media en tanto que son muchas las personas que necesitan ayuda y que tienen graves dificultades para llegar a final de mes.

La tortura emocional de la crisis económica es inmensa para aquellas personas que a pesar de llevar mucho tiempo en el paro no encuentran una oportunidad laboral con la que poder recuperar la ilusión, y también, con la que poder llegar a final de mes de una forma holgada.

Sin duda, merece la pena recordar la gran labor de ayuda social que realizan entidades como Cáritas que trabajan por brindar una mano amiga a todos aquellos que lo necesitan. Pero el problema es que este tipo de entidades también empiezan a verse desbordadas por la alta demanda. Cáritas atiende ya a 1.015.276 . Es decir, un número muy alto de personas porque detrás de esta cifra se esconden testimonios con nombre y apellidos, historias de dolor, sufrimiento y también, de lucha.

La lucha por poder estar integrado en el mercado laboral, tener un trabajo digno y poder ofrecer un futuro estable a los hijos. Sebastián Mora explica «Nos seguimos conmoviendo con desesperanza ante una crisis más extensa y un empeoramiento de la misma, profundo y rápido”. Es decir, lo cierto es que la situación de alarma social es cada vez más grave y de momento, parece que el futuro no es muy prometedor en este respecto.
Medio millón de personas viven en una situación de pobreza crónica en nuestro país. Por ello, esperemos que esta situación mejore pronto y que se generen nuevas oportunidades de empleo y más estabilidad en medio de este panorama tan incierto y de tanto dolor.

Es imposible ser feliz con necesidades básicas que cubrir.

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